Pilares Institucionales

– Disciplina: La disciplina es el puente entre metas y logros.
De primero a tercero de primaria se enseña las normas sociales y conductuales, se establecen rutinas y hábitos  escolares además de la disciplina, autocontrol, responsabilidad y orden para el cumplimiento de objetivos.
– Trabajo duro: La disciplina y el trabajo duro superan al talento innato.
De cuarto a sexto de primaria se refuerzan las normas sociales, conductuales y se enseña a trabajar bajo la cultura del máximo esfuerzo, desarrollando así, la eciencia en cada una de las actividades que realizan.
– Determinación: La disciplina, el trabajo duro y la determinación son el camino al éxito.
De primero a tercero de secundaria se enseña a ser perseverantes, propositivos, rmes en sus decisiones y consecuentes con sus actos, para crear y diseñar un proyecto de vida orientado a la auto-realización.
– Visión: Todo emprendimiento sin visión no se mantiene vigente.
De cuarto a sexto de secundaria se enseña a ejecutar las acciones necesarias para el cumplimiento de las metas y objetivos planteados en su proyecto de vida, haciendo uso de las habilidades aprendidas a lo largo de la formación: disciplina, trabajo duro, determinación y visión.

A lo largo de su formación académica, nuestros estudiantes también reciben una enseñanza y entrenamiento para  el desarrollo de habilidades blandas, además, de competencias tecnológicas y emprendedoras:
– Inteligencia emocional: Se desarrollan competencias y habilidades para la gestión de las emociones: autoconciencia emocional, técnicas y estrategias de autorregulación emocional, empatía y socialización.
– Pensamiento analítico y crítico. Se entrena en la capacidad de analizar la información y construir una interpretación propia, buscando aprender a partir de opiniones y puntos de vista ajenos, empatizando con los demás para crear nuevas ideas y actuar según los valores propios.
– Relaciones interpersonales. Se enseña a establecer y mantener relaciones basadas en el respeto, la igualdad (sin sentirse menos ni más que nadie) y la autenticidad, los estudiantes aprenden a relacionarse de forma positiva con las personas que forman parte de su vida diaria.
– Pensamiento creativo. Se estimula el desarrollo de nuevas ideas y conceptos, relacionando los aprendizajes previos  con el sentido de innovación para generar más, nuevas y mejores ideas con valor.
– Competencias tecnológicas y de programación. Los estudiantes que aprenden un lenguaje de programación desarrollan habilidades para la resolución de problemas, facilidad en el aprendizaje de conceptos matemáticos complejos y el uso de la lógica en proyectos y problemas del mundo real además, ya que las habilidades de programación son altamente valoradas en el mundo laboral que cada vez es más tecnológico y digital.
– Competencias emprendedoras. Potenciar una cultura y competencias emprendedoras en etapas de formación  tempranas es de vital importancia para motivar en un futuro próximo el desarrollo de nuevas empresas  orientadas hacia una cultura que propicie la creatividad e innovación. Desarrollar en los estudiantes competencias emprendedoras, implica también trabajar en la conanza en sí mismos, sentido crítico, iniciativa personal y la capacidad de aprender a aprender para convertirse en agentes que impulsen el desarrollo económico del país, a través de la creación de empresas.

Valores Cristocéntricos
– Descubrir a Dios y su voluntad, su amor al prójimo y a su creación.
– Renovar la mente y fortalecer el espíritu a la plenitud de la medida de Cristo.
Familia como base de la sociedad
– La familia como base esencial de la sociedad y desarrollo de una filosofía pro-vida.
Responsabilidad Social
– Aportar con proyectos educativos de impacto social, desarrollando valores de responsabilidad, solidaridad, empatía y vocación de servicio.